lunes, 21 de diciembre de 2009

Versiones carbónicas de mi

Mi historia, mis recuerdos, se repiten como si escribiera otra vez con un carbónico.¿Se puede retroceder en el tiempo? Quizás se pueda. Aunque quizás no deba.Como si escribiera otra vez con un carbónico cometo los mismos errores, y me asombro de las mismas cosas.Pero si retrocedo en el tiempo y cambio algo de todo aquello no sería yo quién estuviese viviendo. Sería acaso otra versión de mí. Pero no yo. Y ser yo es quien me hace ser.Y ser me hago constantemente porque constantemente me estoy haciendo.Pero si retrocediera en el tiempo y cambiase lo que me hizo ser, no sería yo la que estuviese escribiendo.Si no otra versión de mí. Así que elijo no retroceder sino avanzar.Hablo un castellano que corre perfectísimo, aunque sin afectación, y mi palabra es de una elocuencia tan indefinible como mi persona. Vibro con una especie de autoridad viril, que es luego imperiosa dulzura. Vibro para abrirme a las necesidades de mi carne y la sed de mi supuesta alma. Vibro a través del tiempo y fecundando mundos que se hacen vitales en un segundo. Y sin disfrazar mi perspicacia de juventud, creo que vibro para encontrarme.Hablo un castellano que se desliza en un porteño apasionado y me naufraga al descubierto de las demás ciudades. Y mi palabra desata las alas que me envuelven. Vibro y una vez, desnuda mi dulzura, mi curiosidad se hace imperiosa.Hay tantas versiones de mí. Acaso con cada persona, voy cambiando mis pieles, para tejer luego una que se asemeje a las mejores versiones de mí. El otro me define, y con el otro me termino de definir. Acaso no buscamos, una razón por la cuál vivir, o a la cuál aferrarnos. Para no ser sólo un número de formulario, ni un pedazo de carne, ni un alguien que pasa sin que al dejar de pasar, se lo estime. Y buscando ser. Y trayendo quien fui. Me atrevo a encontrar quien puedo ser. Sin retroceder en el tiempo.Hablo un castellano que se tiñe de nuevas palabras y de nuevos rincones. Vibro. Y si vibro más fuerte, y siento más intenso, ¿me conozco más hondo? Como si escribiera.Estoy adentro de un frasco de días confusos. De soñar cuando duermo y cuando despierto. Muy pronto llega el desgano tal vez porque hechos reales, están provocando nuestros delirios.Tengo hambre. No se si comer una manzana. O quizás chocolate. Pienso. Una vez me comí una lágrima. Era salada. Creo que todas las lágrimas son saladas. ¿Las habrás dulces? No se. Las lágrimas se parecen a un buen orgasmo. El recorrido de esa gota salada desde el ojo hacia el precipicio de las mejillas, dura como ese destello de placer. 5 segundos. Pensar en sexo me dio hambre. Y un poco de sed. Acaso el bing bang habrá sido consecuencia de un orgasmo de Dios, que hizo que un punto se transforme en un universo. Quizás. Que idea descabellada. ¿Por qué descabellada significa delirante? Acaso la carencia de pelo denota genialidad en las ideas. Yo tengo mucho pelo, y muchas ideas. Dudas existenciales. Delirios. Desde lo real. Desde la ontología de las cosas. Quiero una manzana jugosa, y que se me chorree jugo por la cara. Y luchar contra el desgano.Meridiano que siembra tu verano y tu invierno, tu serena sed trémula, o mi verdad esfera de mis lágrimas carbónicas.

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