Lo escatológico del amor

Cuando uno esta enamorado, todo de la otra persona te parece mágico. Los ojos, la voz, las lagañas. Lo que con el tiempo, te puede llegar a molestar, al principio te resulta divino.
Tenemos tanta conexión, hasta puedo intuir que comió en el almuerzo, si por los gascecitos en la cama.
El otro pasa a formar parte de tu cuerpo, tu alma. Las primeras salidas, que te dejan a la espera del llamado, te llenan de mariposas la panza. Lo que nadie sabe, que eso de las mariposas en la panza, es en realidad: retorcijones en la panza. Te agarra una descompostura tal, cuando al fin te llama. Ahí salen todas las mariposas del cuerpo. Uno las libera, en forma de pequeños zorrullos. Pero cuando uno esta enamorado, todo vale. También que uno gaste más en papel higiénico.
Lo capcioso del asunto, es que, al principio uno piensa, que su enamorado/a, no va al baño.
Por mas, que uno se esfuerce, la fuerza del amor, hace que uno censure la imagen del otro excrementando.
Con el tiempo, no solo se sabe que el otro excrementa, si no que se escucha, o se huele.
Pero si el amor, sigue intacto, uno siente, que el zorrullo hasta huele a rosas.
Los primeros meses, uno agradece la creatividad en la cama del compañero/a, pero un día te tira, en medio el acto,¿te cabe la lluvia dorada? Rechacen esta oferta, ya no es creatividad, si no que al otro, le da fiaca ir al baño, y te usa como pañal andante.
Pero no hay nada mas mágico y sublime, que cuando el amor se corporaliza, adquiere forma. Se hace concreto. Así, que lo que puede parecer escatológico, es en realidad la forma más pura del amor.
Además, no hay nada más lindo, que poder compartir todo con el otro. Por que no contarle al otro, que uno anda estreñido. Si es un bueno novio, novia, te hace uno masajitos en la panza, para liberar los gases, y te dice: amor si estás con tránsito lento, tomate un activia.
Ay, que palabras tan dulces.
Pero, como todo, en la vida, es circular, venimos del polvo, al polvo vamos, y en el medio nos echamos unos polvos, cuando uno termina una relación, una forma muy gráfica de hacerlo es decirle al otro: andate a cagar (y uno piensa en el fondo, que le salga bien duro, así duele)