lunes, 21 de diciembre de 2009

Muñeca ojos de yerba

La muñeca que tenia un capricho, canta mientras se hace el mate. La pava hierve. Le tira chorritos de agua. Y toma. Sigue cantando. Escucha love hurts. Canta y escucha.Se siente un poco otoñal, pero nada nostálgica. Le gusta más las ocho, que las tres. A las tres sus planetas no funcionan tan dinámicos. A la doce se siente viviendo, y de fondo algún buen tema. Se hace la que se sabe. ¿Qué sabe? No sabemos. Pero a veces se emociona. A veces no escribe, por mucho tiempo. A veces, respira muy hondo. Le molestan las persianas rotas, le calienta Marlon Brando. Un tranvía llamado deseo. Le esculpe la cintura, la cubre de sábanas blancas. La duerme. La sueña. ¿y ahora? Qué sigue. No le digan que sigue lo mismo. Si hay algo que la hace tan muñeca, es que le encanta el cambio. Toma mate.
Se duerme. Se habita.

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