domingo, 21 de marzo de 2010

botas de capullo

Trágicamente llueve, y golpean ecos sedientos en charcos, de las gotas; y saldría con botas a saltarlas.
Saltaría meses para no escuchar la espera. Me haría capullo para dibujarme mariposas en las sienes.
Hoy ya es otoño, y bebo la luz de mis oídos.
Hay sed en esas gotas, caen y revientan.
Reventar minutos con mis botas. Y salgo a mojarme.
Para no tener más sed que la gracia de la lluvia.

jueves, 18 de marzo de 2010

media naranja

Ayer llovía copiosamente, y la descarga de las gotas, que inundaban cual rebaño de ovejas, mi calle; me incitaron a ver ghost(la sombra del amor). Que peliculón, tuve que verla con 3 paquetes de carilina al lado, para secar las lágrimas que caían imitando la furia de la tormenta.
Fue inevitable pensar en el amor,su exceso, su falta, su complejo existir.
Siempre creí que a la hora del amor, prefiero mil veces un período de sequía a una inundación invertebrada de personas, que luego cuesta recordar sus nombres, y son sólo anécdotas para compartir con amigas, mientras bebemos mate, un rico daiquiri y porque no un copetín.
Siempre sostuve que prefiero mi media naranja a millones de medios kiwis.
Pero en el sinouso camino de la vida pendenciera, uno se topa con todo tipo de seres, que si fueran verduras y frutas( siguiendo la metáfora de la media naranja), no podrían estar más alejadas del cítrico metafórico.
Hay muchas parejas que no son medias naranjas, y responden al dicho: un roto para un descosido.
Pero a pesar de que en la huerta del señor, muchas veces crecen más hortalizas que naranjas, prefiero cruzarme con varias hortalizas, a tener un amor que no mezcle la licuadora.
Luego de ver ghost, y de meditar sobre el tema, investigué( con el ruido de la lluvía musicalizando mis neuronas), que el refrán de la media naranja, no se refiere a la media fruta.
En realidad, el significado del refrán se remonta a un cuento que todos conocemos como Cenicienta.

Lo que Cenicienta perdió la noche que tuvo que rajar de la fiesta al dar las doce de la noche, no fue su zapato, fue una media naranja.
Pero quedaba más poético decir que fue un zapato.
Así durante siglos, se fue desdibujando el verdadero objeto perdido de la adorable Cenicienta. Pero, el mentor de tal cambio, de media a zapato, fue un inteligente zapatero de Francia, que en épocas de crisis, recurrió a lo que siglos después se llamaría publicidad, para incrementar la venta de su zapatería venida a menos. El slogan era algo así:

harta de caminar descalza
sin brazos que la cubram
compre zapatos escabeche,
y su suerte en el amor
dara un giro mequetrefe.
Así fue cómo su zapatería subsitió, y Disney vio más oportuno,cambiar media por zapato cuando pensó en llevar cenicienta a dibujitos animados.

Así que mientras esperen a su media naranja, por las dudas tengan un soquete naranja, y recuerden que conocer horalizas hace más diversa la huerta. Y cuando aparezca su medio cítrico, será más fácil reconocerlo, en medio de tantas manzanas.

lunes, 15 de marzo de 2010

Profundidad

Hoy he tenido una gran conversación simil profunda con un operador telefónico de internet, al cual llamé para quejarme de los habituales desperfectos técnicos de la empresa para la cual, el susodicho trabaja.
Luego de colocarme la músiquita maliciosa de espera,que sólo contribuye a incrementar los nervios que suponen la espera. El muchacho me daba órdenes para que yo enchufe y desenchufe el rooter, el modem, y los cables negros.

Luego de seguir al pie de la letra sus peticiones, me quejé del servicio.
Y por un momento sentí que tuvimos una gran conversación profunda, rozando lso vestigios de algo de índole psicológico, cuando me dijo: no es que me ponga a la defensiva, luego de que sabía que todo lo que yo decía acerca de la empresa(de la cual el es empleado), era cierto.
Sentí que en ese instante se corporizo el espíritu de una super multi nacional empresa, y que yo podía dialogar cara a cara con la fantasmagórica voz del empleado(que encarnaba el logo de la empresa)
Cosas profundas que pueden ocurrirle a uno un lunes cualquiera.

sábado, 13 de marzo de 2010

Ocupa

Ocupo mi cabeza con monólogos para no tener que vaciarla de colchones.
La lleno de palabras, que me pican en la garganta, aprieto las sílabas y queda espacio, tanto espacio como el que dejaron esos.
Quizás hay espacio para un ese, que me lleve a andar en pony, y que después mientras me ata los cordones, me salpique mi nombre de verdades.